Termografía Activa y Pasiva

La termografía es una técnica de ensayos no destructivos que utiliza la medición de la radiación infrarroja o térmica para evaluar la temperatura y detectar anomalías en materiales, componentes y estructuras. La termografía se puede dividir en dos categorías principales: termografía activa y termografía pasiva. Aquí se explica cada una de estas categorías:

  1. Termografía Activa:
  • Principio de Funcionamiento: En la termografía activa, se introduce una fuente de calor externa en el objeto o componente que se va a inspeccionar. Esta fuente de calor puede ser una lámpara infrarroja, un calentador o cualquier dispositivo que genere calor de manera controlada. El objetivo es calentar el área de interés de manera uniforme.
  • Detección de Anomalías: Después de calentar el objeto, una cámara termográfica registra las variaciones de temperatura en la superficie del material o componente. Cualquier anomalía o defecto en el objeto afectará la distribución de temperatura. Los defectos, como fisuras, desprendimientos, inclusiones o áreas dañadas, pueden manifestarse como áreas más frías o más calientes en la imagen térmica, dependiendo de las propiedades térmicas del material.
  • Aplicaciones Comunes: La termografía activa se utiliza en una variedad de aplicaciones, como la detección de defectos en estructuras de construcción, inspección de soldaduras, identificación de daños en materiales compuestos, evaluación de sistemas de aislamiento térmico y más.
  1. Termografía Pasiva:
  • Principio de Funcionamiento: En la termografía pasiva, no se aplica una fuente de calor externa. En su lugar, se utiliza una cámara termográfica para medir la radiación infrarroja natural emitida por el objeto o componente debido a sus diferencias de temperatura con el entorno.
  • Detección de Anomalías: La cámara termográfica registra las diferencias de temperatura en la superficie del objeto o componente sin alterar su temperatura de manera intencionada. Las anomalías, defectos o problemas de temperatura, como sobrecalentamiento, fugas de calor, puntos calientes o puntos fríos, se detectan y visualizan en la imagen termográfica.
  • Aplicaciones Comunes: La termografía pasiva se utiliza para evaluar la eficiencia energética de edificios, inspeccionar equipos eléctricos y electrónicos, identificar problemas en sistemas de refrigeración y calefacción, detectar pérdidas de calor en tuberías y conductos, y en la investigación de problemas térmicos en una variedad de aplicaciones industriales.

En resumen, la termografía es una técnica poderosa que utiliza la radiación infrarroja para detectar diferencias de temperatura y anomalías en materiales y componentes. Tanto la termografía activa como la pasiva tienen aplicaciones valiosas en la inspección de calidad, la evaluación de la integridad de estructuras y la detección de problemas térmicos en diversas industrias. La elección entre termografía activa y pasiva depende de los objetivos de la inspección y las condiciones específicas de la aplicación.

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